MI AVENTURA DE SER DOCENTE
Como mencioné anteriormente, soy Ingeniero Civil egresado del IPN y mis inicios en la docencia datan de hace casi 30 años cuando aún estudiaba el bachillerato. Por invitación de uno de mis maestros, quien me parece que vió en mí algunas cualidades para poder enseñar lo poco que hasta entonces había aprendido con él y con otros de mis profesores, me inicié en ésta maravillosa experiencia o "aventura" como menciona José Manuel Esteve. En aquel momento y dadas las circunstancias de mi edad y que sólo atendía a un grupo como auxiliar de mi profesor, me parece que no sentí tanta responsabilidad como cuando obtuve mi primer nombramiento, que fué dos años después aproximadamente.
Creo que la mayoría de nosotros nos iniciamos con los escasos conocimientos que adquirimos o en mi caso, que he ido adquiriendo a lo largo de mi preparación profesional, sin embargo el hecho de haber estudiado una carrera profesional no garantiza que uno sea capaz de enseñar adecuadamente. En mi caso al inicio de esta aventura, traté de imitar a varios de los maestros que yo tuve y que consideré como los mejores, sin embargo, a lo largo de los años tuve que ir formando mi propio perfil como profesor, me fuí ganando como dice Esteve mi "libertad como profesor". Hasta después de varios años he comprendido la responsabilidad que tenemos al pararnos frente a cada uno de nuestros grupos, como mencionaba anteriormente, la actitud de cada uno de nosotros muchas veces la vemos reflejada en nuestros alumnos, una frase mal dicha en un mal momento puede herir tanto a un alumno que éste puede arrepentirse de haber asistido a la escuela y perder el interés por nuestra clase. Mucho depende de nosotros que los alumnos tengan interés no sólo por nuestra asignatura, sino por asistir a la escuela y el gusto por aprender. Considero un gran privilegio el trabajar como docente, ya que a muchos de mis alumnos los he visto crecer, no sólo como estudiantes sino como personas y aún hasta la fecha algunos de ellos siguen comunicándose conmigo e incluso recomendándome o "encargándome" a sus hijos que ahora son estudiantes del nivel medio superior. Para mi el ser profesor ha marcado mi vida personal, ya que en distintos lugares mis alumnos de hace más de 20 años me han reconocido en la calle, en el supermercado, en el cine, etc. y aún se acuerdan de mí, me resulta altamente gratificante que me detengan y me saluden preguntando ¡Hola!, ¿Cómo ha estado?, ¿se acuerda de mi?, y me empiezan a contar sus logros, ¡Ya soy contador!, me dicen con gran ánimo, ó "le doy mi tarjeta" cuando guste estoy a sus órdenes, etc. Ser reconocido por ellos no tiene precio, el simple regalo de un centro de mesa, elaborado artesanalmente con semillas y piedras de color que me obsequiaron el pasado fin de cursos en julio pasado y las hojitas con algún pensamiento de mis alumnos el día del maestro, es altamente gratificante.